Amelia Andersdotter, elegida como segunda eurodiputada del Partido Pirata en Suecia, lleva cinco meses explorando el Parlamento Europeo. Parece una eurodiputada más, concentrada en sus especialidades y, en todo caso, especialmente apasionada por ellos, pero Andersdotter no tiene ni escaño, ni voz, ni voto ni sueldo y ni siquiera una posición dentro del Parlamento. Es una de los 18 eurodiputados "fantasma" que esperan una reforma prometida tras la entrada en vigor, el pasado 1 de diciembre, del Tratado de Lisboa, que no estaba ratificado en toda la UE en las elecciones europeas de junio de 2009 y que prevé más escaños para el Parlamento.
Como hay 12 países afectados, entre ellos y, sobre todo, España, se acordó una medida transitoria para incorporar los extra durante la legislatura. El cambio supone cuatro más para España.
La Eurocámara aprobó el proceso para reformar el texto "en media hora", con una conferencia intergubernamental (el proceso más rápido posible) que la Presidencia de turno española pretende convocar en junio. Pero, hasta que no se ratifique el cambio en los Veintisiete, que tardará años, como demostró la agonía de Lisboa-, los eurodiputados no tendrán escaño ni derecho de votar o de hablar en el pleno.
La Eurocámara pretenden que entren como observadores en septiembre, pero aún queda por decidir, por ejemplo, quién pagará el salario de los "fantasma" y qué trabajo podrán hacer a cambio de las dietas que sí financiará el Parlamento. Francia ni siquiera ha elegido a los suyos.
La diputada sueca se pregunta donde están los eurodiputados de España, que es quien más gana en el nuevo reparto.
Los elegidos españoles, según el arreglo ya previsto en las elecciones europeas, son dos eurodiputados del PSOE, una del PP y otro de CiU. Aunque están al tanto del proceso de reforma, se lo han tomado con más calma y siguen con sus trabajos políticos o académicos, como el socialista Sergio Gutiérrez , concejal en el Ayuntamiento de Escalona (Toledo) y secretario de Juventudes Socialistas, o Salvador Sedó ingeniero, consultor y futuro eurodiputado de Convergencia.
Gutiérrez cuenta que está pendiente de lo que pasa en Bruselas y en Estrasburgo, porque el PSOE le manda información de las comisiones a las que, en teoría, podría pertenecer, Agricultura y Asuntos Sociales, y queda de vez en cuando con sus futuros colegas, Ramón Jáuregui o Enrique Guerrero.
La suerte de los 18 en la sombra es, en realidad, incierta, en particular por el problema francés. Como no quiere organizar nuevas elecciones y no sabe cómo elegir la circunscripción a la que le tocarían los europarlamentarios extra, Francia pretende enviar dos diputados de su Asamblea Nacional, una decisión controvertida en el Parlamento Europeo y que, por ejemplo, los partidos alemanes ya se han comprometido a vetar. Con suerte, los extra de Lisboa serán eurodiputados en cuerpo y alma en 2012, con menos, tendrán que esperar a las próximas europeas, en 2014.
(El Mundo)
Fantasma es la mejor descripción no podía haber otra mejor.
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